El incendio que devasta desde el lunes el interior de Saint-Tropez en la Costa Azul, una de las zonas más turísticas de Francia, que deja dos muertos, se encuentra acotado, pero «no controlado», dijeron las autoridades el viernes.
«Significa que la cabeza del fuego ya no avanza, pero no se apaga», precisó el coronel Eric Grohin, director del Servicio Departamental de Bomberos y Rescate de Var.
También agregó que se anuncia un viento del oeste durante la jornada y que por lo tanto no se excluye que se reanude el fuego.
«Debemos ser extremadamente cuidadosos, con la caída de la humedad, el aumento de las temperaturas y el viento que se espera», insistió el prefecto de Var, Evence Richard, en el puesto de mando de los bomberos en la comuna de Le Luc.
Según las últimas cifras de los bomberos y de la prefectura, el borde de este incendio, el más grande del año en Francia, es ahora de 80 kilómetros.
En total, el incendio quemó 7.100 hectáreas de bosques, viñedos y matorrales en la llanura de Maures.
En cuanto al número de víctimas, sigue habiendo dos muertos, dos personas cuyos cuerpos carbonizados fueron encontrados en una casa del pueblo de Grimaud, y 26 heridos: 19 civiles, levemente intoxicados, y 7 bomberos.
El balance del incendio también es duro para la biodiversidad: la reserva natural de Maures quedó parcialmente devastada. Además, el jueves se llevó a cabo una operación de «rescate» de tortugas en esta reserva.
Los productores de vino rosado de Provenza, muy popular en Estados Unidos y Europa también se vieron afectados ya que algunos de sus cobertizos y equipos se redujeron a cenizas.
ysp-ol/sp/ial/msr/mis
