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Mientras su fama crecía, el fin de su carrera criminal empezaba. Evaristo Cruz, alias el Vaquero supo administrar el poder que tenía frente al Cártel del Golfo. Contaba con el control de Matamoros, Tamaulipas (limítrofe con el estado de Texas, EEUU), que había convertido en su bastión. También, logró penetrar en Zacatecas y se sumó a la guerra que el Cártel de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación protagonizan en esa región.
Alias el Vaquero y/o el Señor 46 era la figura más visible dentro del Cártel del Golfo, hasta su captura el pasado 6 de abril. Mantenía una rivalidad con César Morfín Morfín, el Primito, cabecilla de Los Metros, un brazo armado de la organización criminal del Golfo.
Su historia, como la mayoría de los jefes narcos, está marcada por la violencia y la traición. Esta se remite a 2019, cuando José Alfredo Cárdenas Martínez, alias el Contador —sobrino de Osiel Cárdenas Guillén, fundador del Cártel del Golfo (CDG)—, fue detenido en San Luis Potosí. El Vaquero, entonces jefe de los Ciclones, una facción violenta del CDG, fue señalado de haber entregado a su antiguo jefe, el Contador.
Mario Alberto Cárdenas, apodado el Betillo —y quien pretendía hacerse del control del Cártel del Golfo— organizó a un grupo de sicarios para terminar con Evaristo Cruz; sin embargo, corrió con la misma suerte que el Contador, pues fue capturado en Estado de México, en junio de 2019. Desde prisión, el Betillo encomendó a un hombre identificado como el Escorpión 2, la tarea de asesinar al Vaquero y tomar el control de Matamoros, así como de las regiones controladas por Evaristo Cruz.
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Las huellas de esta guerra fueron las de encobijados, maniatados y torturados. Entre las víctimas de esta disputa se encuentra Wilberto Michel Cervantes Dorantes, alias el Comandante Willy, uno de los hombres más cercanos del Escorpión 2.
Es precisamente en este estado donde comienza la historia del Vaquero. El criminal, buscado por los delitos de extorsión, secuestro y asociación delictuosa, forma parte de la lista de los más buscados de la Fiscalía General de Justicia del Estado.
Desde julio de 2019, el Vaquero fue incluido en el catálogo de prioridades del gobierno estatal, derivado de su presunta responsabilidad en delitos del fuero común. Por información que coadyuve a su localización y captura, la FGJE de Tamaulipas ofrece una recompensa de hasta 2 millones de pesos.
Sin embargo, en la Campaña de Seguridad y Prosperidad 2021, que las autoridades tamaulipecas lanzan en conjunto con el gobierno de Texas, Estados Unidos desde 2017, no se incluyó a Evaristo Cruz.
Este hombre —que a principios de la pandemia por coronavirus fue vinculado con la entrega de despensas— extendió sus tentáculos en la entidad limítrofe con Estados Unidos, lo que lo convirtió en el puntero de otros cárteles que dominan la región como Los Zetas, e incluso del facciones del mismo Cártel del Golfo.
El Cártel del Golfo que durante décadas controló la llamada frontera chica entre Tamaulipas y Texas (EEUU) quedó muy debilitado tras la ruptura con su brazo armado, Los Zetas, un grupo criminal fundado por militares desertores, que poco después creó su propio cártel. Desde entonces, el sanguinario enfrentamiento entre los grupos por el control del territorio ha sido constante.
Como una muestra de los niveles de violencia que la disputa entre estos cárteles ha alcanzado se encuentra el asesinato de migrantes y algunos ciudadanos estadounidenses.
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