El confinamiento de seis millones de australianos que viven en el Estado de Victoria concluye este miércoles por la noche, pero las dudas siguen sobre la posibilidad de que los aficionados al tenis puedan asistir al Abierto de Australia, que tiene lugar en Melbourne.
Australia decretó el viernes un confinamiento de cinco días, tras el hallazgo de un brote de la variante británica del coronavirus, más contagioso, en un hotel donde los viajeros procedentes del extranjero cumplían cuarentena.
En total, se registraron 19 casos, aunque el miércoles no se ha señalado ningún nuevo caso, por lo que las autoridades anunciaron que levantarán el confinamiento a las 23h59 (12h59 GMT), como estaba previsto.
Sin embargo, no es seguro que el primer torneo de Grand Slam de tenis del año, que se inició con tres semanas de retraso para permitir a los jugadores internacionales cumplir una cuarentena, pueda recibir de nuevo a público en las gradas.
Se han puesto a la venta entradas para los encuentros del jueves, pero los organizadores no han hecho ningún anuncio.
El primer ministro, Daniel Andrews, declaró que el número de plazas será limitado para los grandes eventos públicos, y que las medidas previstas por los organizadores para garantizar la seguridad de los participantes debían ser examinadas.
«Esto será caso por caso, no es sencillo», dijo. «Pasamos un proceso bastante exhaustivo para asegurarnos de que estos eventos son viables y pueden realizarse con total seguridad».
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