La experiencia e historia del Barcelona se enfrenta a la ilusión del emergente Real Madrid para abrir la liga en el primer clásico de la historia del fútbol femenino español el domingo (11h30 GMT).
En un campeonato acostumbrado al dominio de Barcelona y Atlético de Madrid, llega el equipo blanco con las ganas de ser otro grande, como ya ocurre en la competición masculina.
El equipo merengue apenas tiene un par de meses de existencia oficial, desde que se hiciera efectiva en julio la absorción del modesto Tacón, nacido en 2014 y que la pasada temporada jugó por primera vez en la división de honor del fútbol femenino.
El Tacón empezó ya la pasada campaña a mirar hacia su construcción como nuevo Real Madrid con la llegada de jugadoras como las suecas Kosovare Asllani y Sofia Jakobson.
Ahora, con el escudo oficialmente estampado en sus camisetas, el equipo se ha reforzado con hasta nueve fichajes, entre los que destacan las internacionales españolas Ivana Andrés y Marta Corredera o la también internacional mexicana Kenti Robles.
«A nadie le gusta perder y menos a Florentino (Pérez, presidente del Real Madrid), que ha hecho un equipazo para plantar cara al todopoderoso Barça», escribió en el diario As la columnista Patricia Campos.
– Rivalizar con los grandes –
El equipo merengue, aún como Tacón, acabó décimo la pasada temporada al suspenderse el campeonato por la pandemia, como el equipo más goleado con 48 tantos en contra, destacando descalabros como el 9-1 y el 6-0 que le encajó el Barcelona, algo que intentará corregir esta temporada.
Le toca al técnico David Aznar conseguir que las individualidades merengues cuajen en un equipo que pueda intentar rivalizar con el Barça y el Atlético, los dominadores del fútbol femenino español.
El Real Madrid «ha compensado muy bien todas las líneas, con jugadoras con experiencia y otras con proyección, casi todas internacionales. Eso le da un plus. Es un proyecto que hay que encajar, pero estarán arriba», auguraba la exjugadora Sonia Bermúdez al diario El País.
El Real Madrid femenino entrena y juega en las instalaciones de la ciudad deportiva del equipo blanco en las afueras de Madrid, a pocos metros del estadio Alfredo Di Stéfano, donde juega el primer equipo masculino, mientras sigue adelante la reforma del Santiago Bernabéu.
En la ciudad deportiva blanca recibirá el domingo al todopoderoso Barcelona, ganador del campeonato la pasada temporada.
«Nadie se puede perder un Real Madrid-Barça. Se han reforzado bastante con jugadoras a nivel español y creo que pueden hacer una buena temporada», advirtió la portera internacional española del Barcelona, Sandra Paños, nominada a la mejor portera de la Champions.
– Barcelona sin cambios –
El Real Madrid «es un equipo muy nuevo y que tampoco ha podido competir mucho, mientras que nosotras prácticamente somos el mismo equipo», añadió a los medios de su club.
Y es que frente a la cascada de fichajes del Real Madrid, el Barça sólo registró dos llegadas, pero cuenta con un bloque sólido con figuras en todas sus líneas.
Desde Paños en la portería pasando por Mapi León en la defensa o en la delantera, la internacional holandesa Lieke Martens y la española Jenni Hermoso, máxima goleadora la temporada pasada con 23 goles en 19 partidos de liga.
El equipo azulgrana llega a Valdebebas como el gran favorito apoyado en su recorrido de años y su palmarés, en el que lucen cinco ligas, seis Copas de la Reina y una Supercopa de España, entre otros, frente a las vitrinas aún blancas de su rival.
Las azulgranas, finalistas de la Champions en 2019 cuando cayeron ante el poderoso Olympique de Lyon y semifinalistas la pasada campaña, aterrizan además más rodadas tras disputar varios encuentros de pretemporada con algunos resultados abultados como el 5-0 al Lleida.
Ahora, deberán seguir mostrando que son uno de los equipos más sólidos del panorama español y europeo frente a un Real Madrid con ganas de empezar a cosechar éxitos.
gr/gh
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